domingo, 23 de julio de 2017

¡Paciencia!

Si su espectáculo no brilla, cambiamos el canal. Si su discurso no gusta, tenemos muchas maneras para distraernos. Si la lección es demasiada complicada, miramos del otro lado. Si no nos atienden, les ignoramos. Si no hacen cómo les decimos, les escrachamos. Si sufren la más mínima contradicción, ya no queremos saber nada de ellos. Si no están en la onda de hoy, ¡al tacho! Si desvían de la norma, ¡castigo ejemplar! Si fallan con nosotros, les mandamos al infierno. Pero, dice Jesús, no saben de qué semilla son. Hace falta un discernimiento más profundo. Hay que esperar la cosecha y la cosecha es de Dios, no de nuestro juicio humano. Poderosa invitación a la paciencia y la humildad.