sábado, 13 de junio de 2015

"Sin que sepa cómo..."

La semilla trabaja, germina, crece, de día y de noche, sin que el sembrador sepa. Al él le toca sembrar y luego dejar que la semilla haga su obra y de su fruto "por sí sola".  Hace su parte pero no controla, ni entiende enteramente el proceso.  Así también el que da su amor.  Le toca dar, le toca hacer que su contribución llegue lo más posible y lo mejor posible a quiénes la quiere dar.  Luego, le toca ser paciente y contemplativo.  Los padres hacen lo mejor que su corazón les inspira.  Los educadores siembran el gusto de aprender.  Los testigos comparten su pasión por Dios y por la humanidad.  ¿Qué produce esto?  ¿Cómo?  No sabemos del todo.  Mucho más de lo que podemos imaginar.  Es el Reino de Dios.

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