Hay
gente que, a penas recibe algo, lo gasta y lo comparte. Otros que
juntan y quieren asegurar para el futuro. Jopy ha pojera. La
parábola de Jesús describe a alguien que calcula: primero juntar y
asegurar y luego hacer la fiesta. El reproche es esto: no ves que
estos cálculos hacen de ti tu único seguro, piensas que tienes en
tus manos todo para controlar tu destino, crees que el dinero arregla
todo. No entran en esta planificación las “sorpresas” de la vida, los
golpes, las inseguridades, los demás… Hoy en día, hay empresas
que se dedican a calcular estas cosas y prometen “asegurarte la
vida”. La idea de un seguro agrícola para todos es muy buena.
Pero la vida siempre será una aventura. Hay algo más importante
que conseguir un seguro: arraigarse en el amor. Ñañembohapo
Ñandejára mborayhúpe. Ñañekarama hese. Y esto complica más
las cosas: ¡chau tranquilidad y control! pero bienvenida la vida y
la paz.
Percepciones, reflexiones y meditaciones compartidas, en la Diócesis de San Pedro Apóstol, Paraguay
miércoles, 27 de julio de 2016
jueves, 21 de julio de 2016
Pidan, busquen, llamen
Así,
con estos verbos muy activos, el texto de Lucas habla de la oración.
Pedir, se entiende, se asocia habitualmente a la oración. Buscar
sin embargo implica moverse y hacer de nuestro pedido algo que
orienta toda la vida. Llamar a la puerta significa llegar a alguien,
concretar el pedido, pasar por las etapas de un trámite, sobrellevar
los obstáculos, perseverar. Así que la oración no puede ser una
actitud cómoda de presentar peticiones y no hacerle más caso. La
oración unifica la vida en una búsqueda, un llegar al otro que es
Dios y el prójimo. Hace parte de un compromiso de toda la persona,
y toda la comunidad cristiana.
jueves, 14 de julio de 2016
Marta y María
Dos hermanas en una
sociedad patriarcal. Parece que María conquistó un espacio entre
“los discípulos”, con otras mujeres. Después del recorrido,
descansa a los pies del maestro, escuchando su palabra. Y Marta
presiona para que vuelva a la cocina. Ahí, Jesús dice algo como
que “prefiere” la actitud de María. No es para menospreciar el
trabajo de Marta, no es para comparar. “Hace falta poca cosa” (ni
tanta comida, ni tanto protocolo, ni tanta forma, ni tanto trabajo) y
“una sola hace falta” (estar con Jesús, escucharle). ¿No será
que nos amoldamos demasiado a los papeles tradicionales y perdemos de
vista el objetivo de nuestra misión? ¿No será que nuestras
propias obras, la organización y la administración, pero también
la oración y los rituales, a veces se vuelven religión en sí, y nos
consumen todo el tiempo? ¿No será que a veces hacemos cosas
por los demás pero no les damos tiempo gratis para estar con ellos?
María nos ayuda a buscar la actitud justa.
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