María
fue valiente
y audaz
de aceptar el plan de Dios tan loco. Y el sueño de José le deja
este mensaje: atrévete vos también. No tengas miedo de acompañarla
a ella, a Jesús; no tengas miedo de meterte con gente atrevida que
contempla la realidad de lo que podemos ser y vivir, el Reino de
Dios. Jesús
tuvo esta misma influencia sobre sus discípulos. Él hacía
cosas “atrevidas”: recibir con misericordia a los pecadores
públicos, tocar a los leprosos, mover el edificio de la religión
oficial,… no para alborotar o para polemizar, sino por la gente,
para
mostrar el camino de la verdadera vida libre y comprometida en el
amor. Es
un mensaje para nuestra tibieza, nuestra timidez, nuestra seguridad,
nuestra conciencia de “buena gente” que se asusta cuando Dios nos
hace ver más allá de nuestro conformismo. ¿A qué locura nos
invita? ¿A qué gente atrevida nos invita a acompañar?
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