Aprovechando una comida de fiesta en una casa, Jesús demuestra cuán grande la gente tiene interiorizada una jerarquía de
quién es más y quién menos. De hecho en la fiesta, hay “puestos
de honor”, y lugares más “comunes”, para la gente “fifi”, y
para el “populacho”. Pero, ¿no es así casi siempre? En el
trabajo, en casa, en la comunidad cristiana, en el vecindario, en la
participación ciudadana,… tenemos adentro una escala que mide
constantemente quién es más, quién es menos, y dónde estamos
nosotros, una escala basada en la apariencia, la riqueza, los
títulos, la prepotencia, la popularidad,… Jesús parece reconocer esto como un hecho pero
nos invita a deshacer el mecanismo poniéndole una trampa: buscar el
último puesto.
Percepciones, reflexiones y meditaciones compartidas, en la Diócesis de San Pedro Apóstol, Paraguay
viernes, 26 de agosto de 2016
viernes, 19 de agosto de 2016
¿Para todos o para pocos?
¿Quién
se salva? ¿La fe es un don inmenso y gratuito o un compromiso serio
y exigente? Las dos cosas. La invitación de Dios pasa todas
nuestras fronteras y rompe los muros. Nosotros
creemos que Él tiene la iniciativa y ama “sin límites”.
Su
misericordia derrite los corazones duros y
alcanza a los más excluidos. Cuando Él ama, ya no hace falta
correr lejos o valernos por nosotros mismos únicamente.
Pero, también, seguir a Jesús nos lleva sobre un camino estrecho
que muchos no aceptan recorrer, por
muchos motivos. Jesús
pide una apertura vigilante, una coherencia, vivir en la justicia.
No podemos sólo tener la boleta para pasar.
miércoles, 10 de agosto de 2016
Un fuego sobre la tierra
¿De
qué fuego se trata? ¿Y cómo es esto que trae división? Jesús
revela algo, planta en nuestra historia un fermento que nos hace
vivir a todos y todas un proceso a la vez liberador y doloroso.
Revela el corazón misericordioso del Padre. Revela nuestras
violencias escondidas. Revela nuestra justicia muy superficial.
Revela que somos hechos para el Amor. Revela que el amor pasa por la
cruz. Revela la belleza de nuestra vocación y revela las ataduras
que nos impiden responder. Es como un fuego: grande, bello, animado,
pero también destructor, ardiente, que quema y purifica. Asusta y
atrae su propuesta. Nosotros no le seguimos porque nos sentimos
capaces sino porque él nos invita y acompaña.
jueves, 4 de agosto de 2016
¿Dónde está tu tesoro?
¿Qué
es importante para ti en tu vida? Pregunta difícil. Hay que dejar
subir las cosas profundas desde el corazón, desde la experiencia. No
sólo se trata de proclamar sino de vivir y ver en las decisiones.
¿Qué es lo que te mueve realmente? ¿Qué es lo que te hace pasar
a través de las dificultades y los problemas? Jesús observa,
conoce el corazón humano, y sabe el precio de una vida realmente
unificada, interior, entregada al servicio de los demás. Sabe
también de las trampas: para algunos el tesoro está en la imagen,
en la popularidad, en las riquezas, en el capital político, en los
títulos,… Pedro pregunta a Jesús: ¿hablas por nosotros? Sí.
Jesús habla especialmente a los servidores y servidoras: ¿dónde
está tu tesoro? Esto no es un asunto de “vida privada”. Dónde
está mi tesoro, ahí está mi corazón, mi testimonio, lo que doy y
dejo a los demás.
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