jueves, 10 de noviembre de 2016

Superlativos


¡Qué edificio tan lindo! ¡Qué vida tan exitosa! ¡Qué saber tan profundo! ¡Que organización tan eficaz! ¡Qué parroquia tan animada! ¡Qué cuerpo tan hermoso! ¡Qué imagen tan dinámica! Y todo esto pasará, no quedará nada… Y al contrario: ¡Qué paisaje tan desolado! ¡Qué comunidad tan fracasada! ¡Qué conflicto tan terrible! ¡Qué liderazgo tan corrupto! ¡Qué inseguridad tan rampante! ¡Qué futuro tan deprimente! Y creemos que todo esto se salvará… Nuestras evaluaciones son superficiales. No son éstos los signos que Dios nos invita a contemplar. Él está sembrando ahora las semillas del Reino. Aprendamos a escuchar y mirar más profundamente para ver los verdaderos signos y vivir la alegría y la confianza que nadie nos podrá robar.

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