Corre
el chiste: ¿por qué no arreglas tu techo que gotea? Porque
llueve demasiado. ¿Y cuando hay buen tiempo por qué no lo haces?
Porque ya no hace falta… ¿Por qué la gente no le hizo caso a
Noé y a su Arca? ¿Por qué no construimos casas mejor equipadas
para prevenir crecidas? ¿Por qué no pensamos mejor nuestros
pueblos y ciudades para vivir en ambientes más saludables? ¿Por
qué no vemos lo que ahora sufre la juventud y no preparamos un
futuro mejor para las nuevas generaciones? ¿Por qué no nos damos
cuenta de los caldos de cultivo psicológicos, culturales, económicos
y políticos que destruyen los valores y la convivencia social?
Vigilar necesita pila, atención, disponibilidad, apertura radical,
algo como “ascesis” o disciplina personal. Andá preguntar a los
que son guardias de noche. Tenemos un montón de resistencias para
no vivir así; debemos descubrir y sanarlas. Vigilar es estar
presente plenamente a la vida y a los acontecimientos, mirar, leer,
escuchar lo que nos dicen y actuar. Japáyke lo mitã.
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