Muchas
veces encontraremos esta fórmula durante el “Año Mateo”. No es
una fórmula vacía. Tampoco es una suerte de “prueba mágica”,
como si estuviera diciendo: mira… lo sabían años, siglos antes, y
todo pasó como habían predicho. No. Es mucho más profundo. Mateo
quiere decir: Jesús cumple las aspiraciones más profundas de su
cultura, de su religión, de su lenguaje. Así como nosotros tenemos
muchas palabras cargadas de afecto y de significado: sy,
kuimba’e, mburuvicha, juaju, jaiko ojuehe
oñopehenguéicha,… y aspiramos a que revelen su pleno sentido
en la vida de las personas, en nuestras vidas, sin la corrupción
habitual que suele embarrarlas. El Evangelio dice: Jesús, sí,
cumplió, llenó, hizo realidad el lenguaje de su mundo. A su
ejemplo, y por la fuerza del Espíritu Santo, podemos hacer realidad
los anhelos profundos de nuestra cultura y nuestra lengua.
Percepciones, reflexiones y meditaciones compartidas, en la Diócesis de San Pedro Apóstol, Paraguay
domingo, 22 de enero de 2017
sábado, 7 de enero de 2017
Así ¡no!
Las
mamás suelen corregir así a las criaturas. Juan Bautista también
“intentó disuadir” a Jesús que se presentaba para el bautismo,
que pasaba por la fila común, que no se mostraba con sus atuendos de
Mesías, que revertía los papeles entre quién debía de bautizarse
y quién bautizar. La vida de Jesús está escrita en esta corta
frase. También la vida de los evangelizadores. Todos tienen que,
en algún momento, romper el esquema, con palabra y ejemplo, para que
sus oyentes descubran la novedad escandalosa de Jesús, el primero
que se hace el último, el maestro que se hace esclavo, el que no se
aferra a su “condición divina” y se hace como nosotros. No se
“hace gua’u” el humilde para ganar apoyo, sino que muestra a
todos el verdadero camino de la vida, el verdadero bautismo.
Contemplativos
Son unos sabios de
otras culturas y religiones: científicos, filósofos, gente que
observa y reflexiona, gente que quiere ahondar el qué y el por qué,
que echa una mirada profunda sobre el mundo. Vieron una señal y
siguieron, para entender y descubrir el misterio. Igual, tuvieron
que pasar por un largo viaje, por Jerusalén y los especialistas de
la Ley y las intrigas del rey. No se detuvieron en su búsqueda.
Llegados a destinación, por su misma actitud contemplativa, supieron
que la escena humilde ante sus ojos representaba algo grande para
“todas las naciones”. Quedaron allí en adoración, ofreciendo
no sólo sus regalos sino su presencia, su trayectoria, su propia
condición de ciudadanos del mundo, a la vez extraordinariamente
capaces y totalmente sobrepasados por el camino pobre elegido por
Dios. La contemplación dirige nuestra mirada hacia lo más profundo
e importante de todas las realidades que vivimos. Nos alegra y nos
pacifica. Nos guía para decidir. Hace que nuestra simple presencia
pueda ser transformadora.
domingo, 1 de enero de 2017
Lo guardaba todo en su corazón
…
y no en su celular. Estamos
grabando todo pero sólo la apariencia. Sacamos todo en foto, desde
la mascota hasta el plato de comida, desde el encuentro hasta el
paisaje, desde el bebé hasta la farra, sin hablar de los accidentes
y los conflictos, pero parece que hemos perdido la capacidad de mirar
desde el interior. María vivía los acontecimientos, estaba
presente, plenamente, y los guardaba, los rumiaba, los tenía como
una oración y una reflexión permanente, como una búsqueda de
sentido, de rumbo, de mayor plenitud de vida. Nuestra vida está
pasando así, delante de nosotros, con nosotros o, por lo menos, pasa
como una invitación a participar y a dar sentido. No quedemos en lo
superficial.
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