domingo, 1 de enero de 2017

Lo guardaba todo en su corazón


y no en su celular. Estamos grabando todo pero sólo la apariencia. Sacamos todo en foto, desde la mascota hasta el plato de comida, desde el encuentro hasta el paisaje, desde el bebé hasta la farra, sin hablar de los accidentes y los conflictos, pero parece que hemos perdido la capacidad de mirar desde el interior. María vivía los acontecimientos, estaba presente, plenamente, y los guardaba, los rumiaba, los tenía como una oración y una reflexión permanente, como una búsqueda de sentido, de rumbo, de mayor plenitud de vida. Nuestra vida está pasando así, delante de nosotros, con nosotros o, por lo menos, pasa como una invitación a participar y a dar sentido. No quedemos en lo superficial.

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