…
y no en su celular. Estamos
grabando todo pero sólo la apariencia. Sacamos todo en foto, desde
la mascota hasta el plato de comida, desde el encuentro hasta el
paisaje, desde el bebé hasta la farra, sin hablar de los accidentes
y los conflictos, pero parece que hemos perdido la capacidad de mirar
desde el interior. María vivía los acontecimientos, estaba
presente, plenamente, y los guardaba, los rumiaba, los tenía como
una oración y una reflexión permanente, como una búsqueda de
sentido, de rumbo, de mayor plenitud de vida. Nuestra vida está
pasando así, delante de nosotros, con nosotros o, por lo menos, pasa
como una invitación a participar y a dar sentido. No quedemos en lo
superficial.
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