El
capítulo de la misericordia en Lucas, las parábolas que tanto nos
alientan. El texto no explica tanto por qué se perdió la oveja, la
moneda, el hijo. Describe sin más: se perdió… Hay muchas
historias así: personas que dando vueltas en la vida, un buen día
se encuentran perdidas, desorientadas, necesitando una mano. En el
texto, esto le dio al pastor, a la ama de casa, al padre, un
quebranto tremendo y encontrarlos de nuevo, una alegría
extraordinaria. Ésta es la alegría de Dios. Y al vecindario, a
los compañeros pastores, a toda la comarca pero sobre todo al hijo
mayor, el buen seguidor que cumple todos los mandatos, el Padre pide
sencillamente esto: compartir esta alegría.
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