Jesús
cuenta una parábola donde pone en la boca del patrón un elogio a su
capataz sin vergüenza. Lo alaba no por su deshonestidad sino por su
astucia, su capacidad de razonar y organizar, un poco como cuando
miramos a los ladrones y nos maravillamos porque son “ingeniosos”
y decimos que son “inteligentes”. Letrado, ivale. “Los
hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz.”
Al final es una terrible advertencia: los que creen en Jesús deben
salir de su ingenuidad tranquila, sacudir su conformismo, despertar
su sentido moral. No puede ser que nos arrodillemos delante del dios
de la riqueza, y nos olvidemos de los más pobres que son
“descartados” por un sistema injusto manejado por esos “astutos”.
A rescatar la astucia de los màs pobres entonces: www.atd-cuartomundo.org
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