sábado, 3 de septiembre de 2016

Renunciar

Palabra fea hoy en día. Como cantaban unos rockeros en los 90, “lo quiero todo y lo quiero ahora” parece ser el lema de nuestra sociedad. Pero si decidir es lo que nos construye como personas, siempre, en el corazón de la decisión, hay opciones y renuncias. Esto es ser humano. Amar a una sola pareja. Amar a los hijos e hijas que tenemos. Amar el oficio y el trabajo en él que decidí perseverar. Amar a mi comunidad real y renunciar a la ideal. Cuando somos jóvenes, elegimos también y dejamos de lado muchas posibilidades. Más avanzamos en la vida, más hay un solo camino, a elegir cada día entre los posibles que se nos presentan, y renunciar… Es normal. Es sano. Jesús radicaliza esta dimensión humana fundamental. Para seguir su camino, invita a renunciar a lo que nos aleja del "Reino", renunciar a lo que no nos abre al amor.

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