sábado, 8 de octubre de 2016

¡Agradecida!

Tengo una amiga que siempre concluye así sus conversaciones, cuando pide o recibe algo, y a veces por nada, sólo porque le brota esta palabra. ¡Agradecida! Es como más que “¡Gracias!”. Es una nueva mirada sobre el favor recibido, sintiéndolo como un regalo, recordando el don y sobre todo la relación entre las personas que viven el intercambio. Es valorar el regalo y la persona que lo hace poniéndose en actitud diferente, abierta, participativa, humilde, alegre, en paz. Es conservar al otro, adentro suyo, y no huir con la ventaja conseguida, como si se valorara más el provecho que la relación. Por todos estos motivos, Jesús puede decir al samaritano sanado: “Tu fe te ha salvado.” Es como decir: tu fe te hace ver de otra forma la vida, y esto es el verdadero milagro, esto es la salvación.

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