“¡Aumenta
nuestra fe!” Porque es muy difícil perdonar (el texto justo
antes, Lc 17,3-4) y cumplir las exigencias del llamado de Jesús. La
fe no es solamente un medio especial para tener un poder y hacer
milagros, es una manera de vivir donde recibimos de Dios los dones,
las exigencias, los llamados, las tareas, las dificultades y las
persecuciones. No podemos reclamar como si fuera nuestro derecho.
¡Cuántos/as servidores de la Iglesia que muestran sus obras o su
jerarquía como títulos que les daría derecho a un trato diferente!
¡Cuántos devotos que exhiben su piedad como un pasaporte para
reclamar a Dios! ¡Cuántos creyentes que piden ser exentos de
las condiciones normales de la vida! Somos servidores “inútiles”...
a quienes no se tiene que agradecer o retribuir o reconocer; nos toca
vivir en la fe, recibiendo todo como gracia de Dios.
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