viernes, 17 de marzo de 2017

Agua viva


El diálogo de Jesús con la Samaritana comienza con cruzar una frontera pesada con prejuicios y divisiones culturales, religiosas y políticas. Él entra en contacto, le habla a ella, le pide algo. Según la cultura, la religión y la política, no debería. Según la cultura, la religión y la política, ella es “menos” y debería estar en la expectativa de un menosprecio o, en el mejor caso, indiferencia. ¿Por qué me hablas si sos más rico, más educado, más religioso, más autoridad, más “importante”? Esta escala no funciona con Jesús. Sólo quiere liberar la “fuente de agua viva” que brota en el corazón de cada persona.

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