viernes, 10 de marzo de 2017

Ir al desierto

Entrar en cuaresma es ir al desierto como Jesús. E ir al desierto es como meternos en remojo, dejar tiempo para que se disuelvan las manchas profundas e incrustadas en el tejido de nuestras vidas. Es significativo que el diablo tienta a Jesús con versículos de la Biblia. Le explica y justifica todo, con una lógica torcida al la que no se puede responder si uno no está bien centrado. Ir al desierto significa para nosotros tomarnos un tiempo en serio para deshacer, demoler estos discursos muy bien construidos, muy bien argumentados, con autoridad de la ciencia, o de la sabiduría, o de la Biblia, usada para justificar nuestros egoísmos, nuestras puertas cerradas al encuentro y la novedad, nuestra pereza espiritual, nuestros rencores y fanatismos, y muchos más pecados.

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