viernes, 15 de agosto de 2014

Apertura (bis)

Es sano y legítimo tener una representación de nuestra misión e identidad.  Como Jesús: "Vine para las ovejas perdidas de Israel."  Esto incluye límites asumidos.  "Soy padre de esta familia."  "Me hago responsable de este grupo, organización, comunidad."  "Aporto esta contribución."  No se puede amar a todos.  Uno decide de lo que da, a quién, cuándo, y mejor alguien que da libremente, da realmente lo suyo y lo da a personas concretas que una persona dispersa, sin consistencia.  Pero suceden encuentros que nos hacen rever la postura.  La vida trae llamados nuevos que transfiguran nuestros límites.  No para disolver la identidad sino para abrirla más.  Una mujer cananea le hizo pasar a Jesús por esta experiencia.

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