jueves, 9 de julio de 2015

Papa Francisco

Poema de Nicolás Vera Riquelme, Comunidad Cristo Salvador
Parroquia San Francisco de Asís de Lima, San Pedro

Nde karai guasuete                ¡Oh gran Señor!
Ñande Iglesia myakähára       Cabeza de nuestra Iglesia
Katuïnte reñeha'äva                 Que siempre con gran esfuerzo
Mba'e porä embohape             Anuncias la buena nueva
Péina ko'äga reguahë              Hoy llegas junto a nosotros
Eju ore rovasávo                     A darnos la bendición
Paraguay rehechaukávo          Y a presentarle al Paraguay
Kirito rapykuere                      A Cristo el Redentor

Papa Francisco ha'e                 El Papa Francisco adora
Kuña paraguái rayhuháva       A la mujer paraguaya
Omomba'e ha ombotuicháva   Enaltece y engrandece
Ñande sy rembiapokue            A nuestras madres, las residentas
Upe ñorairö rire                       Cuando, terminada la guerra,
Kuimba'e imbovy opytávo      Quedaron poquísimos hombres
Katupyry ohechaukávo           Las mujeres con valentía
Ojepytaso tenonde                  Sacaron el país adelante

Ndéveguaräko Francisco        Para ti Papa Francisco
Ndaipori michï ni tuicháva     No hay distinción entre hermanos
Nde py'aite guive reipotáva    Desde el fondo de tu alma
Mitä maymáva ovy'a              Deseas alegría a los niños
Ha maymave tendota             Y que todos los gobernantes
Opa tetä myakähára               Que encabezan las naciones
Tojapomi iporäva                   Hagan bien su trabajo
Ha toï tekojoja                       Para que haya justicia

Ore mbovya'ite Francisco      Nos llena de alegría, Francisco
Ko nde jeju ore retäme          Tu visita a nuestro país
Ñandejára nde rovasáne        Que nuestro Dios te bendiga
Ha la Virgen Ka'akupe          Y la Virgen de Ca'acupé
Hi'änte reho rire                    Ojalá que esta grata visita
Opyta nde rapykuerépe         Nos deje como regalo
Vy'a, tory opavavépe             Mucha alegría a todos
Ha ipore'ÿ ñemboyke            Y un pueblo sin exclusión

lunes, 29 de junio de 2015

Mensaje por el día de San Pedro



Fiesta de San Pedro y San Pablo, 29 de junio de 2015
Queridos hermanos y hermanas,
Fieles, religiosas, religiosos, clero de la Diócesis de San Pedro Apóstol,
Saludos fraternos en Jesucristo.
A comienzos del mes de junio, hemos celebrado en Guayaibi una asamblea con dos días de reflexión-retiro. Hemos leído la Primera Carta de San Pedro y profundizado su mensaje. San Pedro nos llama a todas y todos a vivir plenamente según nuestra identidad profunda: “Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz” (1Pe 2,9). Por el amor de Dios en Jesucristo, fuimos revestidos de una dignidad y una belleza que nadie nos puede robar. Y debemos vivir según esta dignidad, cuidarla, hacerla brillar.
Otra frase de la Carta que nos quedó mucho durante el retiro es: “Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1Pe 4,10). Jesús libera en nosotros los dones para que los pongamos al servicio de los demás. En Jesús hemos recibido una riqueza abundante de inteligencia, talentos, capacidades, que no son para tapar y guardar, sino para arriesgar en el compartir. Dios nos hace administradores, “capataces” de su gracia infinita y “multiforme”, es decir diversa. Somos diferentes, tenemos talentos y roles diferentes en la comunidad.
Este mensaje es para nosotros en nuestras comunidades, particularmente ahora que estamos comprometidos en un proceso de renovación de nuestras celebraciones dominicales. Nos estamos dando cuenta: nuestras celebraciones necesitan más que un maquillaje superficial, necesitan una profunda renovación de la vida comunitaria, una renovación en la que todos y todas descubran sus talentos, se alegren por ellos, y los pongan al servicio.
También quiero mencionar tres “dones” que hemos recibido y nos urge cuidar, multiplicar, fortalecer:
1. El pasado 18 de junio, el Papa Francisco publicó una carta encíclica sobre el medioambiente. Se llama “Laudato Sí” o “Alabado Sea”. La tierra, el clima, la selva, el aire, el agua, las semillas, las plantas, los animales, los seres humanos, toda la naturaleza es un don de su bondad. Todas las criaturas son un canto de alabanza a Él y por esto las debemos cuidar. La naturaleza es nuestra “casa común” que recibimos en herencia y pasaremos a las generaciones futuras. Debemos cuidar de su dignidad y belleza. Es un don que recibimos para “administrar” responsablemente. El ser humano es parte esencial de esta naturaleza, necesita de ella para crecer y desarrollarse. El jardín que nos confió el Padre Celestial es para cultivar y cuidar, no para destruir.
La encíclica del Papa habla de nuestra realidad. Habla del peligro de los monocultivos intensivos y extensivos basados en una cultura de la explotación: la tierra se usa como un instrumento para producir en grande sin atención a las consecuencias sobre el suelo, el agua, y sobre todo sobre la comunidad humana. Rompemos el equilibrio cuando los pobres son considerados como “desechos, sobrantes” de una economía que transforma todo, la naturaleza, el trabajo, la vida, en mercaderías (Evangelii Gaudium, 53).
En San Pedro, registramos ya casos de enfermedades debidos a los pesticidas. Observamos la desaparición lenta de varias comunidades. Sentimos la desvalorización de los rubros tradicionales de la agricultura familiar. Lamentamos las migraciones hacia los cascos urbanos para una vida de miseria.
Tendremos que estudiar más a fondo este rico documento de la encíclica papal y tendremos que traducirlo juntos en acciones. Tendremos que unirnos a otras organizaciones, en un espíritu de diálogo, aportando el aliento que viene de la fe. Tendremos también que aprender a elaborar pequeños proyectos, desde las comunidades y las parroquias, para que realmente haya en San Pedro una agricultura familiar próspera y sostenible.
2. Hemos heredado también el bien de la democracia. No es nada perfecta pero es el fruto de la lucha de muchas personas a lo largo de la historia. También debemos administrarla responsablemente y vivirla revestidos de nuestra dignidad de hijas e hijos de Dios. Estamos en un intenso tiempo electoral que culminará con las elecciones municipales el próximo 15 de noviembre. Los candidatos ya están en lista. Nos toca vivir el voto como un compromiso ciudadano, los ojos fijos en la meta de una vida digna, plena, feliz, para todos, sobre todo para los más vulnerables. No nos dejemos engañar por las promesas, ni siquiera por las supuestas “realizaciones”. Las autoridades estatales no son “manda más” que hacen las cosas según sus antojos y las entregan como favores, son servidores del bien común. No vendamos nuestro voto. No votemos sin preguntarnos en lo profundo de nuestra conciencia: ¿Quién es el mejor candidato, la persona que realmente tendrá un compromiso coherente con la realidad, en busca del bien común?
Dice el Papa Francisco: “Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo. La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (EG 205).
No debemos olvidar que la democracia no es solamente, ni siquiera sobre todo, el ejercicio del voto. Votar es importante. Pero la democracia va mucho más allá. Fomenta la participación, la solidaridad, y el respeto a la diversidad de culturas e ideologías. Por esto, la vida asociativa es la base de una democracia sana. Es muy importante participar en las iniciativas barriales, en la vida de la comunidad, en las instituciones como la escuela y el colegio, en los comités de agricultores, en los gremios de todo tipo, y para nosotros los creyentes, en la Iglesia. La familia vivida como comunidad de colaboración, respeto, y educación a la vida es también una escuela de democracia. Por falta de estos compromisos fundamentales “de base”, tenemos expectativas irrealistas en el momento de las elecciones y luego dejamos de participar en las instancias que nos corresponden. El municipio, la gobernación y el gobierno central no pueden ni deben absorber a la sociedad civil, ni a las instituciones intermedias. Dice otra vez el Papa Francisco: “Recordemos que el ser ciudadano fiel es una virtud y la partición en la vida política es una obligación moral” (EG 220).
3. El gran bien que hemos recibido es el don de la fe. Estaremos celebrando esta fe con mucha alegría y entusiasmo durante la visita del Papa Francisco. Miles de servidores y servidoras participarán desde nuestra diócesis. Varias peregrinaciones se están organizando desde las parroquias. Asociaciones buscan cómo hacer llegar un mensaje, una preocupación, un regalo. Se siente un clima de gozo y expectativa. El Papa Francisco es una gran figura que inspira y alienta. Nos preparamos a recibirlo y a escuchar sus palabras. Sin embargo, tengamos un poco de cuidado con nuestra admiración y nuestra fascinación. El Papa no es el objeto de nuestra adoración. Él mismo quiere que nuestro entusiasmo sea dirigido hacia Jesucristo. Viene a visitarnos para que conozcamos y celebremos a Jesucristo que siempre está con nosotros. Viene a visitarnos para que revistamos plenamente nuestra condición de bautizados y bautizadas. Viene a visitarnos para alentarnos en la práctica adulta y responsable de nuestra fe. Él no es el “papá guasu”; su título más tradicional es “servidor de los servidores”. Su meta es que seamos libres, alegres y activos en nuestra vocación de hijos e hijas de Dios, “raza elegida, nación santa, sacerdocio real”, así como nos anuncia San Pedro en su Carta.
La visita del Papa nos motiva a sentir y vivir más nuestra identidad, también a ser misioneros. La Iglesia de San Pedro tiene una rica trayectoria de testimonio de muchos laicos y laicas consagrados/as al servicio del Reino de Dios. Nos toca ahora asumir más profundamente el compromiso de una Iglesia que sale al encuentro de la cultura actual, de las personas alejadas, de los más pobres y marginados. No existimos como Iglesia para preocuparnos de nosotros mismos, ni para asegurar nuestros “servicios internos”, sino para testimoniar y transmitir la paz y la alegría del Evangelio (cf. EG 27).
Damos gracias a Dios por Jesús resucitado que nos llena de su vida. Damos gracias a Dios por la visita de Francisco su ministro y testigo “de alegría y paz”. Damos gracias a Dios por los muchos dones, talentos, regalos de gracia que nos da. Damos gracias a Dios por San Pedro, nuestro santo patrono, quien con su prédica y su ejemplo nos invita a ser “buenos administradores” de esta “multiforme gracia de Dios”.
Fraternalmente,
Pedro Jubinville, obispo



sábado, 13 de junio de 2015

"Sin que sepa cómo..."

La semilla trabaja, germina, crece, de día y de noche, sin que el sembrador sepa. Al él le toca sembrar y luego dejar que la semilla haga su obra y de su fruto "por sí sola".  Hace su parte pero no controla, ni entiende enteramente el proceso.  Así también el que da su amor.  Le toca dar, le toca hacer que su contribución llegue lo más posible y lo mejor posible a quiénes la quiere dar.  Luego, le toca ser paciente y contemplativo.  Los padres hacen lo mejor que su corazón les inspira.  Los educadores siembran el gusto de aprender.  Los testigos comparten su pasión por Dios y por la humanidad.  ¿Qué produce esto?  ¿Cómo?  No sabemos del todo.  Mucho más de lo que podemos imaginar.  Es el Reino de Dios.

jueves, 26 de marzo de 2015

Tacuatï

Pasé el fin de semana (del jueves 19 al domingo 22) en la Parroquia Virgen de las Mercedes de Tacuatï.  Visité un poco el centro y las zonas rurales.  El tema dominante de los intercambios fue el servicio de los y las agentes de pastoral: coordinadores/as, catequistas, liturgistas, lectores, gente involucrada en la Pastoral Social, gente responsable del sostenimiento económico, y muchos más.  Los textos de la liturgia parecían querer dar más sentido a este servicio a la vez grande y sacrificado.

Varias personas expusieron su situación tanto familiar como eclesial y social.  Me contaron la historia de los asentamientos.  Me hablaron de los sufrimientos de la región acechada por la inseguridad y la pobreza.  Conocí el paisaje hace 20 años; ahora los bosques desaparecieron y los campos de grano rodean toda la zona.

Justo ayer, amanecimos con la noticia de tres asesinatos, firmados por el EPP.  Tacuatï sigue con un largo duelo.  A pesar de esto no quiero borrar imágenes de coraje, de fidelidad, de compromiso, de alegría, recogidas en esta visita.  Gracias a este pueblo generoso y solidario.  Saludos y agradecimiento al equipo pastoral de la comunidad Redentor Hominis que me recibió con mucho cariño y visiblemente ama mucho a su gente.

jueves, 19 de marzo de 2015

Grano fecundo

Protegerse a sí mismo.  No querer "alterarse", no querer cambiar, ni transformar su mundillo.  Quedarse cómodo con los límites de siempre, el orden de siempre, las leyes de siempre.  Amar más ese orden que a las personas concretas.  No hacer un boquete en la pared para encontrar a nueva gente.  El grano se pudre y muere. 
Abrirse a los demás.  Arriesgarse a dar su contribución.  Ver, descubrir cómo ayudar y servir para que la otra persona crezca y se libere.  Superar la timidez, los miedos, el parálisis.  Dejar que se rompa la imagen.  Pagar la cuenta en tiempo, energías, reputación, esfuerzos, quebrantos, fidelidad a través de los obstáculos,...  Aceptar que "ellos y ellas crezcan y yo disminuya", como el Bautista.  El grano igual se pudre en la soledad de la tierra.  Pero da mucho fruto.

domingo, 15 de marzo de 2015

Mirar bien

Mirar a una serpiente. Mirar al crucificado. Mirar las heridas.  Mirar nuestras propias fragilidades.  Mirar nuestras fallas y nuestro pecado. Mirar a la gente excluida y mirar nuestra propia participación en esta exclusión.  Mirar la naturaleza devastada y mirar nuestras reacciones egoístas. Mirar al prójimo, tan otro, tan misterioso, con sus tesoros y limitaciones. Mirarnos a nosotros mismos como "otros", "otras".
Aprovechar esos momentos, cuando la vergüenza y otras resistencias nos incitan a la huida, para hacer una pausa y mirar.  Mirar y escuchar.  Al comienzo no da gusto.  Da miedo, rabia, cansancio, el cuerpo protesta.  Pero, poco a poco se discierne: el rostro de las personas.  Ahí Dios espera.

jueves, 12 de marzo de 2015

Documento por la visita del Papa

Mucha emoción por la visita del Papa a Paraguay, en julio próximo. También mucho trabajo por el corto tiempo y los muchos eventos que organizar.  Hasta el momento, mi aporte principal será de participar en la preparación de un documento sobre nuestra Iglesia del Paraguay "por motivo de" la Visita Papal.  Un documento para el Papa y para nosotros, para mirar nuestra realidad: el Espíritu que no deja de visitarnos y hacernos crecer en la fe, y los desafíos que tenemos para responder.  La idea es de hacer esta mirada a partir de ejes centrales de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium:
  • ¿Cómo nuestra Iglesia ayuda a todos a vivir un encuentro personal y comunitario con Jesucristo?
  • ¿Qué está dejando como impacto en la Iglesia y en la sociedad la nueva "ola misionera" impulsada por Aparecida?
  • ¿Qué hacemos para que la dimensión social del anuncio de Jesucristo sea visible en todas las acciones de nuestra Iglesia?
  • ¿Qué "reformas", "conversiones pastorales", cambios de "estructuras caducas",... practicamos para que nuestro anuncio sea más claro y vivo?
 Tal vez no terminaremos de contestar a estas preguntas cuando nos visite Francisco.  No importa.  Lo esencial es de preguntarnos.  Y movernos.

domingo, 8 de marzo de 2015

Idolatría

¿Qué le da tanta rabia a Jesús?  Algo se perdió de lo esencial y ahora están haciendo negocios con detalles.  Como el matrimonio que cuesta un dineral, acartonado en sus rituales, todo imagen, mientras su corazón es el encuentro potente y humilde entre dos personas que se aman.  Como la educación atrapada en una serie de formalismos, desviada hacia la carrera de los títulos, corrompida por inescrupulosos que se aprovechan de la sed de "subir" en la escala social, mientras no hay nada más sencillo, ni más bello que un joven, un adulto, un niño que se despierta, que aprende a buscar, a preguntar, a ver al mundo como un gran misterio a sondear.  Como la Iglesia presa de sus propios medios que olvida la gracia que la visita gratuitamente.  "Destruyan todo esto y en tres días lo levantaré..."

lunes, 2 de marzo de 2015

Sacrificio

Sobre la montaña, historia de sacrificios.  El del padre fundador, Abrahán, renunció a tener a su hijo como un medio para que se realice la promesa de ser un gran pueblo.    El Padre de quien viene toda paternidad ofreció a su Hijo como Palabra que da la Vida a todos los que quieran escuchar.  Paternidad y maternidad: ¡grandes compromisos!  El hijo es "reflejo del padre" pero es diferente y anda por su propio camino.  Ser hijo, hija, también es un compromiso.  El de crecer.  El de agarrar esos valores transmitidos como una herencia y arriesgarlos en una vida nueva. Padres, madres, hijas, hijos: seres tan cercanos cuya relación es tan compleja y difícil de describir.  Atrapados en la comunión y en la soledad...  La relación permanece en lo indecible. 

domingo, 22 de febrero de 2015

En medio de la violencia

"Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios..."  ¿Porqué el arresto de Juan fue como una señal para Jesús?  Esta pequeña frase habla del ambiente violento y represivo en el que vivía Jesús.  Y cuando el profeta de la paz y la justicia fue encarcelado, Jesús salió a dar esperanza con un ardor y una autoridad como nadie había tenido.  Jesús se sitúa en la linea de Juan y esto ya le vale la marca de su propio arresto y condena.  Y hoy, ¿cuáles son las señales de violencia y represión?  ¿Quiénes son los profetas de paz y justicia encarcelados?  ¿Nos inspiran un movimiento de compromiso generoso y audaz para anunciar una nueva esperanza?  Pedimos la misma gracia de "sentir", de ver las señales, y de responder liberando nuestra contribución.

jueves, 19 de febrero de 2015

Arranque

Las actividades 2015 ya corren.  Desde el comienzo de febrero estoy haciendo frecuentes idas y venidas entre Asunción y San Pedro por motivos de materiales en la imprenta (misalito, consulta sobre la Celebración Dominical), de conversaciones para lanzar las actividades pastorales.  Participé también en una profesión religiosa (1/02) y una ordenación diaconal de los Espiritanos (8/02).  Visité la Fundación Santa-Librada (16/02) y oficinas del MEC (17-02). Mañana, en Asunción otra vez, tenemos una reunión de la CEP sobre la visita del Papa.

Aquí en San Pedro, tuvimos un encuentro de la Pastoral Vocacional en Choré (5/02), la Coordinación Nacional de Pastoral de Juventud (6-7-8/02), la Asamblea Diocesana (10-11-12/02), una visita a la formación de los candidatos al Diaconado Permanente (14/02).  Ese mismo día también tuvimos un breve encuentro con los Hermanos de LaSalle que están llegando a Capiibary.  Este sábado, celebraremos la ordenación presbiteral de Bernardino Sanabria, en Villa del Rosario.

Esta es nuestra vida diocesana.  Tuvimos enfermedades entre los pa'i, algunos con casos muy serios.  Están en las oraciones de todos.  Estamos trabajando en una gran campaña para renovar nuestra Celebración Dominical, un plan de dos años.  Adveniat nos ha otorgado un generoso financiamiento.  Estamos a punto de arrancar con la distribución de un colorido material (gracias a Nico por su lámina).

sábado, 7 de febrero de 2015

Diaconía

Visitar y ayudar a la suegra del amigo.  Atender y sanar a mucha gente que se apiña al rededor de la casa.  En la noche, salir a orar a solas.  A la mañanita salir a otra parte... Un día ocupado en la vida de Jesús, con sus discípulos, con la gente, libre, entregado, disponible y al mismo tiempo fiel a un objetivo bien preciso, interiorizado.  Visitar, compartir, servir, dar alegría, liberar...  Esto es el mundo de Jesús.  Este domingo, me toca celebrar una ordenación diaconal.  Me parece que aquí está todo el programa.