Cuando
termina el episodio del lavado de los pies, Jesús pregunta:
“¿Entienden lo que hice?” Siento que pregunta lo mismo después
de romper el pan y pasar la copa: ¿Entienden lo que estoy haciendo?
Compartiendo una comida de fiesta, con estos alimentos a la vez
sencillos y tan simbólicos en la cultura, pronunciando esas palabras
tan chocantes: “Es mi carne, es mi sangre...” En este momento
solemne antes de su muerte violenta aceptada en la libertad, Jesús
hace estos gestos que hablan fuerte: servir, romper(se), alimentar,
compartir, tocar, dar sentido,… Para que hagamos lo mismo. La
fiesta de Corpus Christi no es una fiesta sentada e inmóvil. No es
primeramente de adoración. Es de entrega y de servicio. Comulgamos
a Jesús servidor y pedimos la gracia de “entender” y vivir como
Él.
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