“No
hay nada oculto que no
llegue a saberse… No tengan miedo.” Es el miedo que suele tapar
la verdad y crear una complicidad del silencio. Miedo al qué dirán,
miedo a perder la imagen, miedo a la reacciones hostiles, miedo
–fundado en lo real o pura fantasía– a represalias, miedo a
perder privilegios, miedo al mundo nuevo, impredecible, que traerá
la irrupción de la verdad… Jesús no promete un futuro tranquilo,
sin dolor, pero asegura que vale la pena apostar por la sinceridad y
encarar nuestros miedos. Nos ayuda a vivir esas crisis donde va a
explotar una realidad que nos duele, no como desgracias sino como
verdaderos acontecimientos de liberación y de crecimiento,
oportunidades par una
comunión más auténtica.
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